Agradecimiento a Dios
Todo esto lo hizo para que nunca se te ocurriera pensar:
“He conseguido toda esta riqueza con mis propias fuerzas y energías”.
Acuérdate del Señor tu Dios.
Él es quien te da las fuerzas para obtener riquezas,
a fin de cumplir el pacto que les confirmó a tus antepasados mediante un juramento.
Versículo Deuteronomio 8:17-18 NTV
Cuando le damos gracias a Dios por nuestros logros, ingresos, bienestar, pertenencias, desarrollo profesional y empresarial, nos mantenemos en el lugar de humildad como hijos amados del Omnipotente, de Nuestro Dios Soberano.
El corazón humilde está lleno de agradecimiento; es un corazón contento, que espera y disfruta en la comunión con El Señor. En el marco de esta actitud humilde y alegre, somos más sensibles, escuchamos con mayor claridad la dirección que Dios nos da, en todo tiempo. Quién mejor que EL ÚNICO que conoce la ETERNIDAD, para guiar nuestros pasos.
Asimismo, al caminar con El Señor, nos damos cuenta de que no alcanzan «las competencias» o habilidades específicas que tengamos, si no podemos aplicarlas con creatividad y oportunidad. El Señor Jesucristo nos dirige para aplicar asertivamente los recursos que nos da: habilidades, ideas, modelos, prototipos…
Es SU creatividad sin límites la que nos conduce al éxito empresarial, sea que nos desempeñemos bajo relación de dependencia o en una empresa propia. Él nos organiza para llevar adelante los sueños que ya sembró en nuestros corazones, para convertirlos en realidad.
Entonces, tal como nos enseña la Palabra de Dios, «Él es quien nos da las fuerzas para obtener riquezas», es quien hace coincidir nuestra preparación con la oportunidad, ese momento increíble que quienes no conocen al Señor, llaman suerte.
La clave para alcanzar nuestros sueños es darle al Señor Jesucristo toda la Gloria. Y esperar en oración mientras nos esmeramos en hacer lo que esté a nuestro alcance.
Cada vez que reconocemos SU Sabiduría obrando en nosotros, podemos alcanzar resultados muy superiores a los esperables. Con Su Favor Sobrenatural, EL nos centra, nos ubica en Su Verdad. Así, tomamos las decisiones que más nos convienen.
Seamos agradecidos, y reconozcamos al Único Hacedor de todo lo Perfecto.
El Señor siempre nos sorprende…