Sucesión Empresarial No Familiar. Parte 1.
A medida que avanzan los años, y las empresas se estabilizan, muchos dueños comienzan a pensar qué harán con su empresa al momento de querer retirarse. Cuanto antes se hagan esta pregunta, mayores oportunidades de éxito tendrán.
Sucesores Familiares
Si el dueño o los socios tienen hijos o sobrinos interesados en tomar la posta para dar continuidad a la empresa establecida, será oportuno comenzar a prepararlos lo antes posible en la gestión diaria, para que la transición sea paulatina.
Será un tiempo para compartirles experiencias, conocimientos, para presentarle clientes, proveedores y colaboradores, capacitarlos en todo lo que sea medular a la hora de llevar adelante la empresa. Y por supuesto, armar un programa de trabajo conjunto, codo a codo, de manera que la transición sea exitosa, además de paulatina.
A medida que la relación avance, será oportuno ir probando un esquema de trabajo con un cierto grado de independencia en la gestión diaria: por ejemplo, el dueño podrá delegar partes de una tarea para luego dejarla totalmente a cargo del sucesor. También será conveniente que el dueño se anime a retirarse antes los días que considere más tranquilos. Más adelante, a medida que se fortalece el vínculo del sucesor con los clientes, con los proveedores y con los empleados, el dueño podrá tomarse fines de semana extendidos, por ejemplo.
En estos casos de sucesión asegurada por lazos familiares directos, recomiendo a mis clientes avanzar lo antes posible. No esperar a que se den circunstancias ideales porque nunca llegarán. Desarrollar actitudes y aptitudes acordes a la misión, visión y valores de la empresa es lo primero. Establecer el marco de lo “no negociable”, como así también abrir paso a las sugerencias de mejora que aporte el sucesor es muy recomendable.
Sucesores NO Familiares
Si por el contrario, el dueño o los socios, no encuentran sucesores entre sus hijos, necesitará empezar a pensar que va a hacer durante sus años de retiro. Y cuanto antes, mejor…
Una opción viable es realizar una sociedad anónima y participar a los empleados en el negocio, de manera que se repartan las ganancias y también el esfuerzo operativo diario.
Si bien el dueño conoce plenamente su negocio, tal vez no quiera vender su empresa y retirarse completamente. Posiblemente le interese reducir las jornadas diarias de trabajo y extender un poco sus fines de semana. Incluso podría preferir continuar con los ingresos de su empresa madura, para complementar su jubilación si ésta no está a la altura de sus expectativas.
En los casos en que el dueño no tenga sucesores familiares, ni opte por vender su empresa, ni por participar a sus empleados por medio de acciones, existe la posibilidad de contratar a un “gerente general” o a un “responsable operativo”, dependiendo de la magnitud de su empresa, que lleve adelante la operatoria diaria tendiente a mantener e incrementar el valor de la empresa en el mercado.
En este caso, son válidas las recomendaciones que hago en párrafos anteriores bajo el título Sucesores Familiares.
Cabe aclararse que la búsqueda de este “gerente general” o “responsable operativo”, va a requerir de una descripción de puesto concreta. Dicha descripción de puesto deberá contener las responsabilidades, las habilidades, conocimientos y experiencias que son requeridas, como así también las referencias comerciales y laborales que respalden su trayectoria.
También vale tener en cuenta que seguramente en algún momento será necesario terminar de resolver la situación, posiblemente con la venta de la empresa, mientras se mantengan las facultades cognitivas del dueño.
Dueños que Postergan
Algunos dueños ya saben que no podrán continuar con el mismo ritmo de trabajo a medida que pasen los años. Muchos se plantean la posibilidad de jubilarse, la necesidad de descansar e incluso la oportunidad de disfrutar su tiempo libre con buen estado de salud.
Y si bien están evaluando, no terminan de tomar la decisión para avanzar y dar el paso. En realidad, se toman el tiempo de madurar bien la idea porque será un gran cambio. Nadie llega a montar un negocio bien establecido, sin haberse ocupado de lleno, dedicando tiempo, concentración y muchas horas de trabajo.
Esta rutina de años, no es tan fácil de desandar, y surgen innumerables preguntas, aunque realmente quieran dar un paso al costado. Necesitan asimilar lo nuevo a través de un proceso de cambio, que siempre trae consigo la resistencia al cambio. Y cuanto mayor es el cambio que se quiere realizar, mayor es la resistencia al cambio que se afrontará.
Por ello, siempre recomiendo a mis clientes que conversen lo que están pensando, y los invito a armar una planificación, un paso a paso que les dará claridad y en consecuencia, tranquilidad a la hora de decidir avanzar con el proceso de cambio y afrontar las resistencias al cambio.
Además, los dueños suelen postergar estas transiciones porque les cuesta imaginar y armar su nueva agenda, más relajada. Suelen decirme: “¿qué me va a costar? ¿Sabes todo lo que me gustaría hacer y no tengo el tiempo?”.
Sin embargo, ceder el paso al sucesor habla de un retiro, de un tiempo nuevo diferente a lo conocido. La rueda operativa absorbe mucho tiempo de cada día, y pasará a estar en manos del sucesor en el corto o mediano plazo.
En cuanto a las decisiones estratégicas, es muy posible que el dueño también las vaya delegando, dado que es esperable que el sucesor tome todas las riendas del negocio con entusiasmo, y aunque seguramente cometerá algunos errores propios del aprendizaje, serán mayores los éxitos que alcanzará, comprometido con el desafío.
No olvidemos que para que todo esto sea posible, el dueño deberá ceder autoridad, responsabilidad, comunicación directa y correrse de la gestión diaria. Es un proceso de cambio arduo para alguien que siempre ha estado a cargo.
Proceso de Cambio y Resistencia al Cambio
Si bien quieren abrazar el cambio, es necesario tener en cuenta que la resistencia al cambio viene unida al cambio como la sombra al objeto. La resistencia al cambio se compone de el temor a dejar lo conocido más el temor a tomar lo nuevo.
La resistencia a un proceso de cambio puede ser tan estresante, que un dueño podría postergan la decisión de retirarse indefinidamente. Es así como muchos dueños se retiran de sus empresas al enfermar y/o morir. Muchos se jubilan y sus vidas decaen dramáticamente.
Es que, a lo largo de su vida empresarial, no lograron pasar de la etapa Personal (Yo soy mi empresa. Conmigo todo funciona), a la etapa Impersonal (Yo no soy mi empresa. Sin mí, todo funciona).
Los dueños suelen tener todo en su cabeza. Sin embargo, conversar el cambio y escribir el desglose de los pasos requeridos para dicho cambio, son actividades que ordenan y bajan la ansiedad porque esa reflexión activa ayuda a desmenuzar el pasaje de la realidad actual hacia la realidad anhelada.
Cualquier proceso de cambio podrá llevarse adelante con éxito, por medio de pasos pequeños, sucesivos y persistentes a lo largo del tiempo. Conversar y escribir esos pasos, son actividades que cooperan con la transformación esencial para atravesar con éxito, tanto el proceso de cambio como sus resistencias.
Dijo Jesús, El Señor:
Pero el que beba del agua que yo doy, nunca más tendrá sed.
El agua que le daré brotará dentro de él como un manantial que da vida eterna.
Juan 4:14. Palabra de Dios para Todos